martes, 6 de enero de 2009

Historia sin respeto.

La desigualdad, en la historia, ha sido un punto clave en el mal desarrollo de ciertas regiones del planeta en el transcurso del tiempo.
Desde el principio de los tiempos, el hombre ha realizado la distribución de la riqueza de manera arbitraria, a favor de quienes más tienen y tratan de acaparar más y más.

Los tiempos en que la monarquía recolectaba la riqueza mediante la violencia o mediante influencias no han cambiado. No podemos siquiera dejar de lado como referencia, el que en ciertos momentos actuales, el hombre parece no haber evolucionado del neandertal salvaje, que, a gritos y amenazas conseguía lo que quería, demostrando su fortaleza sobre los demás.

La diferencia es que ahora no es un solo hombre el que ejerce poder sobre otros. El primitivo actual se ha constituido en el país o grupo de países que se inventan guerras y conflictos para sacar a relucir su superioridad. El hecho que la tecnología de punta se acuñe en estos grupos de poder no deja de lado su conducta, por lo menos salvaje, al tratar de controlar la selva de acciones y posesiones del mercado económico internacional. Al final tiene su lógica, pues al tratarse de una selva, aunque sea económica, el que mejor conoce este territorio es el salvaje, que se maneja a sus anchas dentro del capitalismo salvaje, valga la redundancia, que ha dejado al mundo en un estado de discordancia sobre lo que esta bien ganado y lo bien robado o mal heredado.

Gracias a este comportamiento el mundo esta como esta. Se pide respeto a los gobiernos y ordenanzas, pero de que clase de respeto se habla cuando a la historia misma se le ha faltado al respeto.

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