Existe una deuda de $70 mil entre el Ministerio de Bienestar Social y el Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero. Al parecer según el acuerdo que existe entre estas dos instituciones el MBS debía entregar en total $90 mil, de lo cual
el Virgilio Guerrero solo ha visto apenas $20 mil.
Esta situación preocupa a la asociación de Terciarios Capuchinos, quienes son los encargados del manejo del centro, pues la deuda viene desde el año 2003. Según José Antonio López, presidente de los Capuchinos, este dinero no es suficiente para la labor que realiza la institución de rehabilitación juvenil, puesto que "no recibimos ni un centavo, los 28 empleados de Quito y los seis educadores de Guayaquil, quienes trabajan con casos de droga, estaban impagos en un 30%; pero a nadie le ha faltado la comida", refiriéndose al lapso entre 2003 y 2004, cuando del gobierno no recibieron nada durante todo un año.
Luego de la falta de respuesta por parte del MBS, y para ejercer presión al estado para la cancelación de parte del dinero, los directivos del centro tomaron la determinación de no recibir a los jóvenes contraventores durante tres semanas. "Hay una situación social difícil y se ve que quien levanta más la voz consigue cosas. Pero si el Estado tiene la fuerza para encerrar a un chico infractor, la Ley debe tener también el coraje de tratarlo bien" aduce López.
Vale recordar que la labor realizada por la institución de corrección juvenil es importante para la sociedad, pero desatendida por el gobierno. "El MBS ha incumplido con el convenio de darnos todo para dirigir y organizar el centro; educar, orientar y cuidar que se respeten los derechos y se promueva el desarrollo integral (físico, espiritual, intelectual, moral, social y familiar) de los muchachos" afirma López, recalcando los aspectos importantes realizados en los interiores del centro de rehabilitación.
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